lunes, 5 de septiembre de 2011

Maravisqueroso Septiembre

   Ya está aquí, este maravisqueroso mes de septiembre. ¿Por qué maravisqueroso? Fácil, porque es el mes de los contrastes. El 87% del mes es asqueroso: Exámenes, fin de las vacaciones, más exámenes... Pero existe ese otro 13% (reencuentros con grandes amigos, novatadas y... ¡Si! mi cumpleaños ) que es maravilloso y maquilla todo lo malo. Así, aunque septiembre empiece oliendo a perro muerto de 20 días, el final lo compensa todo.



  Pero este año todo es diferente (el 87 sigue siendo igual), por más increíble que sea ese pequeño 13%, no hará que septiembre sea mejor (pasando de maravisqueroso a asquerosamente asqueroso). Os preguntaréis por qué... El motivo son las despedidas, despedidas everywhere. Las Erasmus vienen llevarse a personas muy importantes para mí. Y, aunque sé que va a ser el mejor año de sus vidas, no puedo evitar ser egoísta y querer que se queden aquí a mi lado.

   No quiero que llegue el día en el que me tenga que despedir, de él será hasta Navidad, y de ella hasta... ni sé cuándo. Intento alargarlo lo más posible, pero irremediablemente tiene que llegar.

   Me gustaría parar el tiempo para que nunca llegue la despedida, pero sé que eso no lo puedo hacer, así que en lugar de eso me gustaría parar los sentimientos, para que cuando vuelvan todo siga igual, que sigan siendo los mismos, que sigamos siendo como hasta hoy. Supongo que eso es lo que más miedo me da, más que cualquier despedida, temo que las cosas no vuelvan a ser lo mismo, que nosotros no seamos los mismos.

   Ahora lo único que puedo decir es que les echaré de menos, que contaré los días ansiosa para verles, y que quiero que se lleven los mejores recuerdos de Cáceres y míos (el mayor abrazo que jamás les han dado, unas cuantas/muchas lágrimas y una buena sonrisa, porque sólo les esperan cosas buenas)

   Les quiero, y eso es así.

   Espero que seáis felices, y si estáis en la misma situación que yo ya sabéis, billete de avión y a conocer Europa, ¡la casa la tenemos!





Solo espero que consigas darte cuenta,
y aunque sea difícil al final comprendas
que aunque ponga voluntad
no habrá nada en el mundo
que me haga olvidar que no estás cerca,
que me enseñe a vivir sin repetirme
"cuanto te echo de menos
"...

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