Alguien que...
Alguien que cuando me emborrache me lleve a casa en brazos.
Que me rompa las medias con la boca y luego me compre otras. Que se pierda
conmigo, para después rescatarme de laberintos sin sentido. Que saque la espada
y me defienda de víboras, pirañas y putas.
Alguien que cosa disfraces a mis
días malos y los convierta en buenos. Que no se enfade si no me entiende, ni me
entiendo y lo mareo. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga
enmudecer. Que no dé por hecho que siempre voy a estar ahí, pero que tampoco lo
dude. Que no me haga sufrir porque sí, pero que tampoco me venda amor eterno
manoseado.
Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la
mano. Que no me compre con regalos, pero que tenga mil detalles de papel. Que
no le guste verme llorar y me haga reír hasta cuando no tenga ganas. Que de vez
en cuando decida perseguirme en los bares y conocerme otra vez. Que me mire, le
mire y me tiemblen las piernas sin remedio.
Alguien que esté loco por mí y no
se le olvide decírmelo los días de resaca. Que si se pone animal sólo sea en la
cama y me mate a besos por la mañana. Que no se acostumbre a mí, ni deje de inventar
nombres nuevos para despertarme. Que si mira a otra luego me guiñe un ojo y se
ría de mis celos de hojalata. Y, sobre todo, que no tenga que perderme para
darse cuenta de que me ha encontrado.
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