lunes, 14 de mayo de 2012

Historias de una Pidemi

Apariencias; aquello por lo que tendemos a juzgar a las personas sin conocerlas.
    A todos nos ha pasado, a mi, últimamente, más de lo que me gustaría. Siempre he odiado a aquellos que me juzgaban sin tener ni idea de cómo soy realmente. Todo se queda en unas manoletinas y un vestido de lunares, o en un tía borde y antipática.
    Después, te das el gusto de conocer a la gente y te llevas tal sorpresa que piensas aquello de "tierra trágame". Pues si señores, este año he tenido que escuchar frases tales como "ostia qué maja eres" "has sido una revelación" "y yo que pensaba que eras una borde..." "¿Por qué no te había conocido antes?"
   También existen las meteduras de pata que hacen que se te "encasille", véase yo, que soy mongola y no aprendo. Ir con toda tu buena intención/indignación a contarle a alguien una cosa y que todo termine en un "mote" de por vida. Tú, como no eres tan desagradable como pensabas, te lo tomas a gracia y sigues la broma. ¿¡En qué momento!? ¡¡EN QUÉ MOMENTO!!
    Llega un punto en el que empiezas a plantearte que las "bromas" que dices, el que no te conoce se las puede creer, y tu cabeza empieza a centrifugar dándole vueltas.
    Juro solemnemente ser una rubia de lo más normal, que coge moreno "agroman", a la que le gusta reirse de todo, hasta de sí misma. Alguien que odia el término "pijo" porque no se considera así, que no le gustan los prototipos, que sería feliz viviendo rodeada de caballos, que no necesita lujos para ser feliz, que una vez se quita la máscara es algo más de lo que se ve.
    Yo os pido que conozcáis a las personas y, lo más importante, no os toméis en serio las bromas que pueda hacer la gente, REIROS vosotros también.

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